sábado, enero 30, 2010

Buen día


Trisha Lambi

Entrapped, 2008
Oil on Canvas, 90cm x 90cm

Buenas noches


Trisha Lambi

Draped in Red, 2004
Oleo sobre Lienzo, 120cm x 90cm

viernes, enero 29, 2010

Mis Relatos Semanales


Tintero Virtual CDXXIV - "Una mala elección"





"¿Sueño sempieterno?"



Mi nombre es Julia, my name is Julia, je m’apelle....





Mi nombre siempre es el mismo, en cualquier idioma, la presentación tampoco ha cambiado en los últimos nueve años de mi vida. “Me llamo Julia y estoy loca, y lo peor de todo es que nadie se atreve a diagnosticarme”. A continuación siempre sucede una carcajada general entre el público que asiste a mis conferencias a la que termino uniéndome.

Mi coeficiente intelectual es demasiado elevado y sorprende a todos los mortales; han decidido valorarme como un apreciado instrumento colaborador en cualquier investigación novedosa que se planteen llevar a cabo. Tengo cuarenta años y estoy aburrida, ya no existen retos, cualquier situación ya la he vivido, conozco de antemano lo que va a suceder cada día, sólo yo sé cuándo y cómo va a terminar cada proyecto. Les dejo meter mano porque no debo ser imprescindible, cualquier día los abandonaré. Sé cuando van a equivocarse, conozco al milímetro los rodeos y los giros que tomaran sus investigaciones. Yo ya tengo los planos definitivos, ahora los adornaré con un toque de diseño gráfico para animar la presentación y cuando lo termine estaré lista para viajar de verdad. A mis colegas todavía les queda un par de meses y, aún así, no darán con la solución final para poder filtrar el residuo, casi gaseoso, que desprende la quema de un combustible todavía desconocido para ellos. Afortunadamente, no llegarán nunca a conocer las variadas posibilidades de ese material. Pero todo esto, es lo de menos.

Una vez terminé el diseño y cerré la casa, me fui por las calles, necesitaba sentir que no tenía nada qué hacer, cogí un viejo abrigo, unas botas de montaña, me puse varias camisetas, unas sobre otras, y me presenté ante un grupo de vagabundos. “Me llamo Julia y estoy loca, lo peor de todo es que nadie se atreve a diagnosticarme”. Nadie me hizo caso, así que lo repetí de nuevo. Lo repetí seiscientas sesenta y seis veces y nadie me hizo caso. El hecho de que nadie gruñera ante mi insistencia me llevó a tomarlo como una aceptación y me senté en el suelo junto a ellos guardando una distancia de medio metro, tenía que untarme de su mugre poco a poco. Extendí mi cartón y me uní a sus sueños, ¡y de qué forma!.

El primer sueño me impactó profundamente, tanto que quise buscar drogas que me adormilasen y compartí los porros de mis nuevos colegas. Aunque más que sueño me dieron risa y mis ocurrencias les entusiasmaban. Y llegó un segundo sueño, y un tercero y....

Tras el quinto sueño reuní a mis compañeros errabundos y les conté lo que me estaba ocurriendo. Cada noche, al cerrar los ojos y dormirme, aparecíamos todos en otro mundo paralelo. La situación era similar, pero no había suciedad, ni hambre, ni otras gentes, era como un paraíso cargado de maná y placeres gratuitos, un lugar dónde las leyes de la Naturaleza o no existían o estaban alteradas. Un universo fascinante donde mis nuevos colegas errantes se habían convertido en expertos colaboradores científicos. Esta vez también acabé uniéndome a su carcajada general. Estaba claro que yo era su payaso favorito. Ya sabéis... “Mi nombre es Julia y...” entonces ellos terminaban la frase “estás loca” y de nuevo sonaba su carcajada.

Y sin darme cuenta pasaron los dos meses que había dado de plazo al proyecto y desaparecí entre el frío y la niebla de una noche.

Con aburrimiento comprobé que todo les había ido como predije y respiraron fascinados cuando les mostré la presentación del proyecto.

Aquella fue la última carcajada que me arrancaron los oyentes y ponentes, finalicé el proyecto, lo expuse y desaparecí.

Me retiré a un lugar recóndito, inhóspito, preparé la hibernación y me dormí.

No sé en qué punto del Universo estoy, pero aquí me hallo, completamente sola en un lugar desconocido, cargado de nuevos materiales y una atmósfera enriquecida que aporta los nutrientes que necesito. Tengo mil proyectos comenzados y en este mismo instante observo, en este cielo de estrellas desconocidas, una tremenda explosión que ilumina el infinito y me lleva a reconocer, aterrada, mi posición. Estoy en algún punto entre Júpiter y Marte, la madre Tierra que alberga mi cuerpo acaba de desintegrarse ante mis ojos. Estupefacta, mil pensamientos me recorren, quizá tomé una decisión equivocada al introducirme en un sueño casi eterno, al confiar que nunca llegarían a descubrir el alcance de aquél nuevo combustible tan potente y peligroso.

Atónita compruebo que las estrellas de mi infinito comienzan a apagarse una a una.



[ecumedesjours - relato ganador]




miércoles, enero 27, 2010

Apaga la luz


Nicola Ranaldi

viernes, enero 22, 2010

Uf.....

Que semana tan larga y tan pesada....


Miles Aldridge

domingo, enero 17, 2010

¿Jugamos?


sábado, enero 16, 2010

Buen día




Frida Kahlo

Autorretrato con collar de espinas y colibrí, 1940

Oleo sobre lienzo, 63,5 x 49,5cm
Harry Ransom Humanities Research Center Art Collection,
University of Texas - Austin, Texas, U.S.A.

viernes, enero 15, 2010

Orsay en Recoletos





Sisley, Bazille, Manet et Monet, Stevens, Millet, Renoir, Bouguereau, Pisarro, Cezanne, etc.....

jueves, enero 14, 2010

¡¡¡¡ Mucha Mierda !!!!



Título: "Oscar"

Dirección: Jaime Gómez
Actor: Jhon Ramirez
Postproducción y cámara: Douglas Belisario


Enhorabuena a los tres, un precioso trabajo

lunes, enero 11, 2010

Mis Relatos Semanales



Tintero Virtual CDXIX - "Sin Zapatos"




Es curioso, el ser humano es sorprendente y celebra las cosas más insospechadas, aquella noche fui a celebrar con mis colegas mi inesperado despido laboral, así que con el sobre del último salario compré unas cervezas y me fui a su piso. Fumamos unos petardos de su excelente cosecha de Maria y ya llevábamos un par de cervezas cuando a Carlos se le ocurrió bajar a la calle a respirar la noche del verano y yo bajé sin zapatos por no buscarlos entre el caos de la casa. Cuando llegué a la calle mi amigo estaba subido encima de un coche cantando y me subí con él. A los pocos minutos aparecieron dos coches de policía, Juan Manuel salió corriendo y nos pidieron cuentas a Carlos y a mi. Yo no llevaba documentación y no debía decir que estábamos enfrente de casa por no complicar la cosa con la marihuana que ellos pudieran tener, bajamos del techo y nos disculpamos, nuestro estado de embriaguez era de cachondeo, con esa risa tonta, estúpida y cínica que nos causan los porros y que tanto debió molestarles. Carlos estaba en orden, fumado y borracho pero con documentación. Yo le dije que no llevaba mi documento, y que por no llevar... ¡no llevaba ni zapatos!.... Fue decir esto y soltar Carlos una carcajada que se me contagió hasta el extremo de no poder parar de reír hasta que escuchamos más coches de policía llegar mientras dos de ellos me agarraban cada uno de un brazo y me tiraban al suelo, uno me pisó la cabeza, otro la mano y de los otros coches bajaron más policías que se echaron encima para acojonarme, y lo consiguieron. Los tres números de la policía local dijeron que yo les había amenazado en posición pugilística y Carlos estaba estático como una estatua marmórea incapaz de abrir la boca ni moverse.

Alucinado, magullado y sin zapatos me entregaron a la Policía Nacional que, en cuanto vieron las magulladuras, me llevaron a un centro médico. Fui atendido, se me recomendó entablillado de la mano, curas y antinflamatorios que nunca llegaron a darme ni a entablillar ni a curar. Me metieron en el calabozo la madrugada del viernes y hasta el lunes no podría salir dependiendo de lo que dictaminase un juez. ¡Dios mío!, no podía creerme aquella situación kafkiana hasta que apareció una mujer, abogada mía, a la que le di el teléfono de mi madre para avisarle y nunca la llamaron incumpliendo uno de los derechos del detenido. Para eso están las novias, ella avisó a mi madre y todo comenzó a marchar; amaneció y yo seguía allí, encerrado, y hacía el mediodía me abrieron las puertas a la calle, en aquél momento no sabía que mi madre había hablado con su tío y su tío con un amigo que tenía otro amigo que... Al salir a la calle estaban ellas, mi madre y mi novia con mis zapatos, al abrazarme notó mis chichones y me llevó al Hospital, llegó mi padre y acabamos gritando, se fue y yo salí con la mano entablillada, un collarín en el cuello y el orgullo maltrecho, sin cura.

El lunes hubo un interrogatorio en los juzgados, citas con el forense y, días más tarde, por fin un juicio donde se me acusaba de una falta por abollar el techo del coche (juro que ni Carlos ni yo hicimos aquellas abolladuras que nos mostraron en las fotos) y un delito de desacato y agresión a la autoridad en el que pedían dos años de cárcel...

Salí absuelto del delito, afortunadamente aún creo en la justicia y en la jueza que me asistió, aunque tuve que pagar los desperfectos del coche y dos multas a razón de una cantidad diaria que prefiero ya ni recalcular....

A pesar de quedarme impotente y rabioso por no poder arremeter justamente y dejar bien claro el abuso que sufrí aquella noche... ya pasó todo...

Aún conservo aquellos zapatos; nadie intentó comprobar si, en verdad, los llevaba o no...





[¿Te acuerdas de Alex y sus drugos?, estos últimos acaban siendo policias...]

sábado, enero 09, 2010

¡Gracias Kevin!


320 kilómetros nevando sin cesar y los últimos 50 con lluvia y viento helado. El carril izquierdo prácticamente inutilizado. La Guardia Civil vestida de alienígenas velando en los arcenes. Sonaba la radio, en momentos así apetece más escuchar una voz que música. Felipe González cree que ZP está quemado, más bien "quemao" diría yo. Cambio continuo de emisoras, y ¡por fin! me encuentro con el auténtico sonido de la radio, lo siento no recuerdo la emisora. Un programa en el que hablan de´historias, películas y me dieron a conocer otra de la faceta de estas gentes que saben hacer de todo... Clint Eastwood cantando, Kevin Spacey me devolvió a casa patinando sobre la nieve sana y salva.

miércoles, enero 06, 2010


martes, enero 05, 2010

Que la noche os sea propicia y generosa


Edmund Dulac
The Snow Queen flies through the Winter Night

domingo, enero 03, 2010


Cristóbal Toral

La llegada, 1975
Óleo sobre lienzo, 240 x 212 cm

sábado, enero 02, 2010

Ya está casi...


Cristóbal Toral

Pasillo con equipaje, 1981
Óleo sobre lienzo, 68 x 81 cm.

viernes, enero 01, 2010